Cada día somos más grafómanos-término que robo de Kundera-que quieren compartir sus escritos. Yo soy uno de ellos, te entrego lector no un trozo de mí, sino lo que considero mejor de mí.
23 dic 2010
La hora de la catarsis
Siendo las 0:32 de un sábado en mi país, les digo buenos días. He acudido a mi taller literario. Al momento de ir la lluvia arreciaba directamente en el colectivo, parecía que iba a chocar, que algo grande estaba por suceder, pero no tenía miedo, es más deseaba que algo rompiese con esa gris monotonía. Al volver, leyendo "Naúsea" de Sartre, me sentí solo. Un punto que viaja en un medio de transporte. Mis compañeros de travesía eran diferentes, son diferentes. Todas las semanas se repite el mismo episodio; soy uno que lee, lo demás o me ningunean o se mofan de mí, el porqué nunca lo sabré. Sé que me siento aislado, o como le hace decir a Roquetin "de más". Otro segundo que pasa es un pensamiento más que se suma para restar; cada vez estoy más lejos, es como si tuviera una carga opuesta a los otros. No, YO soy el otro. "Me sobrevivo", como dice Anny.
Me descargué.
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