25 dic 2010

Frágil corazón

No me enojo, tan sólo me decepciono. Esas siempre fueron sus palabras. Así fue como su corazón fue endureciéndose más y más, tornándose más y más débil. Hasta que un día, al escuchar un último perdón, su corazón no tuvo más remedio que caerse y hacerse añicos.

3 comentarios:

  1. si cuando tantos perdones se acumulan, el corazón se resiente.
    Preciosas reflexiones las tuyas, compañero. Un beso desde Barcelona.

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